Durante nuestro viaje tenemos varios puntos que tenemos marcados como optativos ya que dependerán de muchas variables: tiempo, clima, fuerzas, ganas, suerte…

El día 22 saldremos desde Gobernador Gregores hacia el sudoeste por la nueva Ruta 40. Serán unos 60 km hasta que nos volvamos a juntar con la ex-Ruta 40 (actual RP 29). Unos kilómetros más adelante comenzaremos a bordear el Lago Cardiel quien se mantendrá a nuestro lado por unos 20 km, aproximadamente. La soledad de la estepa patagónica seguirá siendo nuestra única compañera. En este tramo existe una sección de unos 70 km de un ripio muy grueso que nos va a obligar a ir muy despacio. La paciencia será la clave en este tramo.

Recién en el km 172, y luego de cruzar la RN 288, llegaremos a la localidad de Tres Lagos para descansar un poco (y esperamos que sea con los neumáticos enteros 😀 ).

A continuación seguiremos hasta el km 209 para desviarnos por la RP 23 hacia el noroeste. Serán unos 90 km en donde nuestra única compañía será el Lago Viedma a nuestra izquierda. Al final del camino llegaremos a El Chaltén donde pasaremos la noche.

El día 23 intentaremos hacer algo más que sólo recorrer rutas en auto. Será el momento de iniciar el hermoso y largo trekking hacia la Laguna de los Tres, desde la cual se obtiene una majestuosa imagen del Cerro Fitz Roy, ícono de El Chaltén. Será un recorrido de unos 25 km entre ida y vuelta, que lleva entre 8 y 9 horas realizar en su totalidad. El momento crítico del trekking es la escalada final, debido a la escarpada pendiente. Pero, como siempre, con paciencia y sin cometer locuras, se puede llegar. La vista que tendremos lo valdrá.

Si tenemos tiempo (y piernas), intentaremos tomar un pequeño sendero que nos lleva muy cerca, a la Laguna Sucia. Veremos cómo estamos de tiempo y fuerzas.

Luego de descansar y sacar todas las fotos posibles, será hora de pegar la vuelta. La caminata es larga y El Chaltén aún nos esperará para descansar.

Y el día 24 será éso: descansar. Nos lo tomaremos libre para recuperarnos de las interminables horas de viaje en auto y de la extensa caminata. Nuestros pies nos lo van a agradecer. Además, la aventura no terminó. Aún falta más…