El día 10, habiendo recorrido unos 3.000 kilómetros, pasaremos por las Ruinas de los Quilmes, en Tucumán, los restos de un enorme asentamiento indígena abandonado desde mediados del siglo XVII. Será el único lugar en dicha provincia donde esperamos detenernos (la Ruta 40 la recorre solamente durante 40 kilómetros)
Saliendo de Cafayate, Salta, nos llevará 50 kilómetros llegar al desvío de 5 kilómetros que nos adentrará en esta porción de tierra de 3 hectáreas llena de historia. En ella vivían los quilme, un pueblo calchaquí originario de la zona. Asentados desde el siglo X, su población fue muy importante hasta el punto de considerarla la primera ciudad prehispánica de Argentina.
En el lugar, restaurado recientemente, se observan los cimientos de casas de piedra, paredes de roca, represas de agua y numerosos cultivos de maíz.
Su gran progreso se vio interrumpido por la llegada de los españoles a mediados del siglo XVI. Durante 130 años soportaron tres grandes guerras contra el invasor hasta que fueron derrotados a mediados del siglo XVII. Esto los caracterizó como unos de los pueblos más aguerridos ante el ataque español. Luego de la derrota, entre 1500 y 3000 habitantes (los datos varían según las fuentes) fueron obligados a abandonar su ciudad y caminar 1200 kilómetros hasta lo que hoy es Quilmes, al sur de la ciudad de Buenos Aires. Llegaron solamente 400 y en un estado de salud calamitoso.
Las ruinas fueron descubiertas en 1883 y reconstruidas desde la década de 1970, aunque se cuestiona la falta de las técnicas arqueológicas formales requeridas para estos casos.
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