Hace poco hablamos sobre Malargüe, en la provincia de Mendoza, ciudad que visitaremos durante el día 14 de nuestro viaje. Siguiendo nuestro recorrido hacia el sur, unos 65 kilómetros después, saldremos de la Ruta 40 hacia la derecha por un camino de ripio que, luego de 8 kilómetros, nos llevará a la misteriosa Caverna de las Brujas.
En realidad, no es solo la caverna, sino que toda la zona es la Reserva Natural Caverna de las Brujas, un área de 128 hectáreas que incluye múltiples cavernas, aunque sólo una, la de las Brujas, está disponible para visitarse. Formada por rocas calizas, tiene múltiples filtraciones de agua que forman espeleotemas, algunos de los cuales conocemos más como las estalactitas y las estalagmitas (yo sabía que eso que me hicieron estudiar en el colegio iba a servir para algo alguna vez…).
Dentro de la caverna se han encontrado rastros de pueblos aborígenes que la han utilizado para vivir, refugiarse o como espacio sagrado.
El nombre proviene de varias leyendas. Por un lado, prácticas mágicas. Por otro lado, por las fantasmagóricas sombras que se dibujan en las paredes rocosas cuando dentro de la caverna se realizaban rituales a la luz de una fogata. Aunque también cuenta la leyenda sobre dos mujeres que habían sido cautivas y, para escapar, se transformaron en aves debido a la hechicería. Según leo, las creencias locales sobre estas leyendas hacen que haya personas que no quieren entrar a las cuevas.
Para recorrerla deberemos hacerlo con un guía que nos llevará por los 260 metros de recorrido lleno de desniveles el cual puede llegar a durar hasta 2 horas. Ahí dentro hay que estar abrigados: la temperatura está por debajo de los 10о y la humedad en 90%.
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