Luego de cuatro días de viaje para llegar de Buenos Aires a La Quiaca y un día para descansar, en el sexto día comenzaremos a recorrer la Ruta 40, al principio superpuesta con la RP5. Sabemos que ese será uno de los días más difíciles de todo el viaje.
Saliendo de La Quiaca, a los 67 kilómetros llegaremos a Santa Catalina, Jujuy. Esta es la localidad más al norte de la Ruta 40 y la segunda más al norte de toda la Argentina.
Cuenta con poco más de 300 habitantes, se encuentra a 3770 msnm y se destaca por sus pintorescas casas, sus pequeñas calles de piedra, sus tonos ocres y la abundancia de camélidos (vicuñas y llamas). Originalmente su economía se basó en la minería aurífera.
Tres lugares llaman la atención de los visitantes: la Plaza San Martín, la capilla colonial Santa Catalina de Alejandría que data del siglo XVII y el Museo Regional Epifanio Saravia.
Esta zona fue parte del Imperio Inca desde fines del siglo XV hasta la llegada de los españoles medio siglo después. Durante el siglo XIX Santa Catalina era el tránsito obligado para llegar a Bolivia y debido a ésto se había transformado en un importante centro comercial de la región. Pero ésto dejó de ser así en 1907 cuando llegó el servicio ferroviario a La Quiaca.
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