Existen las vacaciones y existen las aventuras. Y en este caso hemos elegido las aventuras.
Estamos por subirnos a nuestro coche con un objetivo: recorrer de punta a punta la mítica Ruta 40 en Argentina, la cual bordea su territorio a lo largo de la Cordillera de los Andes, con una longitud total de 5194 kilómetros. Pero a esto deberíamos agregar todo el viaje desde casa hasta uno de sus extremos y la vuelta al hogar. Así, nuestra aventura llegará a los 11.000 kilómetros totales.
Durante esta travesía nuestras cuatro ruedas tendrán que transitar anchas autopistas, rutas de asfalto, rutas de ripio y caminos de montaña en donde entra un solo coche por vez, con profundos precipicios en donde el fondo se pierde a la vista.
Los climas serán muy variados. Zonas húmedas y otras muy secas; calores abrasadores durante el día con fríos invernales durante la noche o días muy frescos con noches aún más frías. Empezaremos al nivel del mar y llegaremos a 5000 metros sobre éste. Desiertos, montañas, estepas, abras, bosques, glaciares, humedales… Todo conjugado en un mismo viaje.
La Ruta 40 atraviesa 11 provincias argentinas, pero nuestra aventura nos permitirá recorrer 14 o 15 (dependiendo de los desvíos que decidamos tomar).
Cruzaremos una cantidad innumerable de ríos y arroyos, algunos de los cuales sin un puente que simplifique el paso. E incluso recorreremos una sección de 11 kilómetros en donde la Ruta 40 se superpone con el lecho del Río Oros, en la provincia de Jujuy, lo cual será una experiencia única e intensa.
Algunas zonas, las menos, están densamente pobladas debido a las grandes ciudades. Pero la mayoría se caracteriza por una densidad muy baja, llegando en algunos casos a menos de 2 hab/km2.
Nuestro recorrido comenzará en Buenos Aires, en el este argentino con dirección noroeste a través de distintas rutas nacionales y provinciales. Nos llevará cinco días alcanzar uno de los extremos de la Ruta 40 en La Quiaca, en la provincia de Jujuy. Y ahí comenzará la etapa en donde tomemos dirección sur, ahora sí, exclusivamente por la emblemática ruta, bordeando el oeste del país.
El noroeste argentino es seco, con mucha altitud, caluroso de día y muy fresco de noche en esta época del año. La soledad es agobiante. Los pueblos, muy espaciados entre sí, apenas superan los cientos de habitantes. La ruta de ripio serpentea por las laderas de las montañas modificando el paisaje a cada vuelta de rueda. Por acá iremos muy despacio, completando muy pocos kilómetros por día. Estaremos atentos al mal de altura, el cual puede afectarnos a medida que aumente la altitud.
Un poco más al sur, en el centro de la Ruta 40, veremos zonas aún secas y más bajas. Ahí tendremos la oportunidad de recorrer dos grandes parques naturales: Talampaya e Ischigualasto conocido como “Valle de la Luna”; donde los caprichos de los movimientos tectónicos moldearon paisajes extraterrestres y además son cementerio de enormes dinosaurios que dominaron la zona.
Más al sur los grandes lagos y glaciares dan las condiciones para que frondosos bosques nos rodeen, dando los paisajes más conocidos de la Patagonia argentina. Y ahí, la conocida Ruta de los Siete Lagos nos va a permitir admirar espejos de agua de múltiples formas, colores y tamaños.
Y hablando de la Patagonia, al sur todo vuelve a ser muy seco, fresco para esta altura del año y extremadamente solitario en donde esperamos que la nieve ya se haya retirado. Acá la ruta tiene interminables secciones rectas que se pierden en el horizonte. Pocas estancias apenas muestran un ápice de vida humana en la zona.
Al llegar al extremo sur de la ruta, viraremos al este cruzando Argentina desde la Cordillera de los Andes hacia el Océano Atlántico para llegar al mojón del kilómetro 0. Apenas un cartel en Cabo Vírgenes, en la provincia de Santa Cruz, en el extremo continental sudeste de Argentina, justo en la esquina que une dicho océano con el Estrecho de Magallanes. Pero para nosotros, el final de un sueño que nos ha desvelado durante el último año y medio.
La Ruta 40 en sí nos llevará unos 24 días. Pero aún nos queda volver a casa. Otros 5 días en donde visitaremos algunas pingüineras, entre ellas la de Punta Tombo, en la provincia de Chubut. Una de las más grandes del mundo donde en enero llegan a verse un millón de pingüinos sobre la misma playa. Nosotros los visitaremos cuando sus crías ya hayan salido del cascarón pero aún no hayan tocado el agua.
En total serán no menos de 34 días para cruzar Argentina de punta a punta admirando múltiples paisajes, comidas, culturas e historias. Y comenzaremos este miércoles 30 de octubre. La aventura recién comienza.