Y si, en algún momento llegará el día en el cual nos toque dar el último paso para cumplir uno de los objetivos principales de este proyecto: completar la ruta llegando al mojón del km 0. Pero para eso tendremos que recorrer aún el último trayecto el cual, paradójicamente, no es a través de la Ruta 40.
Es que este último tramo no existe. O mejor dicho, aún no está construido. La ruta llega hasta Punta Loyola y los últimos 100 km hasta Cabo Vírgenes aún están pendientes de construcción. Según parece va a ser construida bordeando la costa atlántica hasta llegar al emblemático faro del cabo.
Para llegar hasta allá saldremos desde Río Gallegos hacia el sudoeste por la RN 3 durante unos 15 km. Ahí nos desviaremos por la RP 1 hacia el sur, por un ripio casi olvidado hasta el destino final.
¿Y qué veremos durante el camino? Nada. Una vez más, nada. Estancias, bah. Pero nada a su alrededor.
En el km 71, al cruzar la RP 51, comenzaremos a bordear la frontera con Chile hasta que en el km 127 nos tocará desviarnos de la RP 1 y tomar una pequeña huella, casi invisible, que nos llevará al destino final: Cabo Vírgenes.
Y esa idea, ese proyecto, ese sueño que se nos ocurrió una noche de marzo de 2018, se verá finalmente cumplido.
Tal vez vayamos un poco más allá hasta la colonia de pingüinos y, por qué no, llegar hasta el final de la RP 1 unos kilómetros más, cuando ya se termine definitivamente el continente y el Estrecho de Magallanes sea una barrera que nos impida llegar hasta la Isla de Tierra del Fuego (al menos por ese camino).
Pero este viaje aún no terminó. Tendremos que volver por el mismo camino hasta Río Gallegos para pasar la noche ahí nuevamente.
Y el día 29 será de descanso en la ciudad santacruceña. O tal vez no… En esta etapa algunas ideas extras cruzan por nuestras cabezas, pero las dejaremos para comentarlas si tenemos las fuerzas y las ganas de realizarlas en ese momento.
Ahora sólo queda volver a casa, pero aún quedan 2800 km para eso. La aventura no terminará acá…